El abastecimiento de madera en Montes de Plata se realiza a través de un sistema bimodal que combina el transporte terrestre y el fluvial, que está compuesto por estas cuatro barcazas que cuentan con una capacidad de 5.000 toneladas cada una, lo equivalente a la carga de unos 170 camiones.

Lo que en camiones supondría miles y miles de viajes se realiza en 400 viajes de barcaza al año con el consiguiente impacto positivo en la seguridad e infraestructura vial, además de los efectos positivos sobre el medio ambiente. En términos de emisiones de gases de efecto invernadero, el sistema de barcazas evita más de 15.000 toneladas de C02 al año.

“El sistema fluvial funciona de forma continua: una barcaza cargando en la Terminal logística M´Bopicuá a orillas del río Uruguay, cerca de Fray Bentos; otra descargando en Colonia, en el complejo industrial sobre el río de la Plata; y las dos restantes navegando río abajo cargada una y río arriba vacía la otra.

El ciclo se repite 400 veces al año, más de una barcaza por día, transportando anualmente aproximadamente 2.000.000 de toneladas de madera rolliza”, explicó Juan Manuel Laxague, gerente de Logística de Montes del Plata.

Una industria naval en constante desarrollo

Tres de las cuatro barcazas que hoy operan con Montes del Plata fueron construidas en nuestro país en un convenio entre el Ministerio de Industria, el cluster naval, la Armada Nacional, la Unión de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA) y Montes del Plata. La inversión para su construcción superó los US$ 13 millones y representó un fuerte respaldo al desarrollo del clúster naval nacional, siendo una de las mayores inversiones marítimas realizadas en los últimos tiempos en Uruguay.

Tras ocho años de actividad se le realizó el mantenimiento a la primera de estas barcazas. Los trabajos fueron realizados por el personal del Dique Nacional de la Armada, en conjunto con la empresa Transfluvial.

Las reparaciones, que iniciaron el 21 de enero y culminaron el 8 de febrero, consistieron en sondajes, tratamiento de superficie y recuperación de pintura del casco del buque, retiro de válvulas del sistema de lastre, inspecciones y cambios de juntas, trabajos de caldererías varios, principalmente en estructuras afectadas por golpes en la operativa y la inspección y pintado de la cadena de fondeo y ancla.

“Desde 2019 comenzamos los diálogos con al menos dos astilleros y diques en Uruguay. La idea es poder desarrollar los proveedores locales adecuados a nuestras necesidades y no tener solo opción en Argentina”, dijo Gustavo Tamaño, superintendente técnico de Transfluvial.

“Hay muchas cosas que analizar en cuanto a las ventajas y desventajas de los diques y astilleros. La distancia al área de operaciones, incidencia de clima y marea según la época del año, profundidad de entrada a dique, entre otras”, agregó Tamaño.

Para el 2021 se prevé ingresar a mantenimiento al menos una barcaza más y para 2022 las dos restantes.